![]() |
| Ana Murillo |
Buenos días señor Joaquín, ya se que le he preguntado antes pero quisiera saber como se encuentra Gerardo.
![]() |
| Joaquín Soto |
No hay problema Ana, supongo que es normal que pregunte, pero me temo que no ha variado mucho su estado actual, los doctores dicen que él se encuentra en estado crítico y no le voy a mentir, dicen que lo pueden perder en cualquier momento, están esperando un tiempo prudencial para volver a intervenirlo, pero que seria lo ultimo que podrían hacer por él, si no sobrevive a esta última operación ya no quedaría nada que pudieran hacer, lo siento.
Ana derrama una lagrima pero es lo único que denota su reacción, además se queda cayada por un momento
Mire Ana, -dice Joaquín- si quiere hoy no sigamos con los interrogatorios
No, no, no -contesta Ana con un semblante frío y controlado- sigamos, no se preocupe, es mas, si quiere le cuento más sobre Gerardo.
¿Esta segura de que estará bien? -Pregunta Joaquín-
Seguro -contesta Ana- mire, he... por donde empiezo... Bueno, el plan nuestro era que Gerardo permaneciera como un ciudadano normal dentro de la ciudad de Bivalvia, por lo tanto debía seguir con el trabajo que tenía, un trabajo normal, el mismo que tenía antes de perseguir delincuentes, él era conductor de transporte urbano.
Basado en lo que he visto, no me lo hubiera imaginado, -dice Joaquín- pero siga
![]() |
| Pasajeros del Aero-bus |
Ahora, -interrumpe Joaquín- hay algo que he querido saber ¿como fue que Gerardo decidió empezar a seguir delincuentes y porque?
Bueno, -dice Ana- en realidad esa no era su intención al principio, es mas, ni yo me imagine que un día me iba a dedicar a eso, créame, pero primero debo contarle que desde que Gerardo decidió vivir en Bivalvia su meta siempre fue convertirse en inspector, que es el equivalente a ser Policía fuera de la ciudad aislada, al menos eso fue lo que me contó él, también decía que con su experiencia como militar eso era lo mas compatible que pudiera hacer ahí, pero a pesar de realizar varios intentos para entrar, no lo pudo lograr.
Entonces Gerardo fue militar, eso debe haberlo frustrado un poco, -intuye Joaquín- continúe...
Así es, -dice Ana- según me contó, todo comenzó cuando un día el aero bus que él tenía asignado, presentó unos pequeños problemas mecánicos, como él tomo unos cursos de mecánica decidió revisarlo en la noche al terminar su jornada, pero su error fue dejarlo estacionado fuera del parqueo general de transporte porque se le hizo tarde para ir a dejarlo, a la mañana siguiente la unidad no podía moverse porque le habían robado una pieza.
Entonces, -continua Ana- cuando Gerardo fue a reportar el robo en la oficina del inspector más cercano, ellos le reclamaron por haberlo dejado fuera del estacionamiento, como era raro ese tipo de robos, Gerardo no se imagino que le iba a pasar algo así, además, la reacción de los inspectores fue como si desconfiaran de él, porque le dijeron que tenia que pagar para recuperar la pieza, entonces gastaba todo su salario en eso sabiendo que el no había sido.
Que mala situación le toco vivir, -dice Joaquín- pero por otro lado ¿en la ciudad de Bivalvia la gente recibe pago mensual? Teníamos entendido que su gobierno provee todo.
Y así es -dice Ana- el gobierno cubre todas las necesidades básicas de forma racionada, entonces, si alguien quiere algo extra de lo que se provee normalmente, debe pagarlo con su sueldo, y hablamos de un salario bajo y que es igual para todos, sin importar a lo que usted se dedique.
Si algo así era lo que me habían dicho -dice Joaquín- aquí en la ciudad de Longevia es distinto pero siga contando.
Cheque, entonces, -dice Ana- cada día se reparten en varias estaciones tres tipos de esferas, una azul que es para cuando está enfermo, otra roja que es para comer y otra negra, tiene derecho a agarrar una roja a diario y una azul cada semana para acumularlas en caso de necesitarla
![]() |
| ESTACIÓN DE DISTRIBUCIÓN DE LAS ESFERAS |
Si, -contesta Ana- no es muy emocionante pero si, ya por la noche a veces le da un poco de hambre pero para eso usted podía comprar raciones, hay algunos que no hacen las largas filas para agarrar las esferas, lo que hacen es que se compran raciones para no tener que ir, así hacía Gerardo la mayoría de las veces, casi todo su sueldo se iba en eso pero así le gustaba, por eso, tener que ir durante meses por culpa de lo de la pieza robada lo frustraba mucho, eso lo impulsó a querer encontrar al ladrón.
Solo quiero aclarar algunos puntos sobre las esferas, -dice Joaquín- explíqueme más sobre ellas.
No hay problema, -contesta Ana- las azules están compactadas para resolver la mayoría de las enfermedades, también utilizan nano ingeniería para su fabricación y si no se curaba siempre estaba la posibilidad de que lo hospitalizaran.
¿Y la misteriosa esfera negra? -Pregunta Joaquín-
Esa era un misterio para nosotros, -contesta Ana- porque al tomarla, uno renunciaba a vivir en Bivalvia, le quitaban los implantes y lo expulsaban de la ciudad, entonces como usted se imaginará no volvíamos a tener contacto nunca mas con quien se la tomara, los gobernantes siempre nos decían que si hubiera algo que no nos gustara de vivir ahí, eramos totalmente libres de tomarnos la esfera negra.
Vaya, ya veo porque causaron debates esas esferas, bueno, eso era lo que quería saber por ahora de ese tema, -dice Joaquín- pero entonces ¿Gerardo buscaba al ladrón de la pieza robada?
Eso mismo, -dice Ana- el empezó a salir por la noche a observar cualquier cosa que lo llevara a encontrar al ladrón, pero en ese tiempo tenía muchas limitaciones, hasta que conoció a don Víctor.









No hay comentarios.:
Publicar un comentario